Autor: Escuela Veneciano-Cretense o Creto-Veneciana
Rarísima témpera con fondo dorado pintada sobre tabla que representa:
Virgen con el Niño coronada por Ángeles con los Santos Nicolás y Juan Bautista (gran recuadro superior) y el Bautismo de Cristo (recuadro inferior central) y San Jorge (recuadros inferiores derecho e izquierdo)
Escuela Veneciano-Cretense (o Creto-Veneciana) de principios del siglo XV
Medidas: altura cm. 60 – anchura cm. 44 – grosor medio de la tabla: cm. 2,3
Obra maestra de absoluto valor museístico en perfecto estado de conservación
Precio: € 33.000,00
Ensayo crítico y peritaje histórico-artístico del PROF. GIOVANNI MORSIANI
La obra, absolutamente original y de alta época, es una tabla de nogal pintada al temple sobre fondo dorado (dividida en un recuadro superior, más grande, y en tres inferiores, más pequeños, de los cuales los dos laterales son idénticos en dimensiones). Se trata de una prueba de autor bastante compleja por concepción historico-artistica y simbolismos religiosos que fascina desde el principio el ojo del observador por el ambiente arcaico y antiguo que sabe crear, por la maestría de la representación, por el detalle miniaturístico y delicado de las figuras y por la armonía compositiva de la escena. Un verdadero libro de arte "abierto al pasado", que ha milagrosamente superado los siglos y la historia, pensado, compuesto y pintado "sobre madera" por un maestro anónimo, cuya compleja formación cultural se nos presenta aquí no solo pictórica, sino también histórica, filosófica y religiosa. La obra se abre, en el gran recuadro superior, sobre el rostro purísimo de la "Virgen coronada por los Ángeles", representada con los ojos oscuros y "delineados" al estilo oriental, la nariz larga y afilada, la tez olivácea y la piel tersa de una mujer aún joven, con el vestido rico, forjado al estilo oriental y con el drapeado finamente subrayado. La mano derecha de la Virgen, con los dedos largos, delicados y afilados, colocada exactamente debajo de la mano derecha bendiciendo del Niño (en posición central en correspondencia del "baricentro áureo" de la escena), presenta e indica al Hijo (según los estilos compositivos que definen la "Virgen Odigitria", es decir, "aquella que muestra al mundo la dirección, el camino de la Verdad y de la Vida"), acogiéndolo dulcemente entre sus brazos y teniéndolo sentado sobre la rodilla izquierda. El "Niño", con las formas bien proporcionadas y la mirada "madura", es captado en el acto de levantar la mano derecha para bendecir con el índice y el corazón juntos, mientras que en la mano izquierda presenta un libro (que simboliza la Palabra de Dios, aquel "ego sum Via Veritas" que significa "a través de mí se llega a la Verdad, a través de mí, si tenéis Fe, podréis un día observar el Verdadero Rostro de Dios"). A la derecha del cuadro vemos representado a "San Juan Bautista", aquel que tendrá la tarea de bautizar a Cristo a orillas del Jordán (como nos muestra el recuadro inferior de la obra). El Bautista está representado con los brazos cruzados sobre el pecho, en adoración. El pesado drapeado de las vestiduras no ricas indica su origen pobre y su "estatus" de asceta. A la izquierda del cuadro se puede ver la figura de "San Nicolás de Bari", aquí representado con las vestiduras episcopales, sin mitra pero con el libro de los Dones Celestes simbolizados por las monedas impresas en la sobrecubierta del libro que sostiene con la mano izquierda y presenta con la derecha. Como veremos, él fue obispo de Myra (hoy Demre), una ciudad situada en Licia, una provincia del Imperio Bizantino, que se encuentra en la actual Turquía. Es conocido también fuera del mundo cristiano porque su figura ha dado origen al mito de "Santa Claus" (o Klaus o Sankt Niklaus), y, a partir de los dos últimos siglos, "Papá Noel". Él es conocido en Italia también como San Nicolò y, en las regiones del Nordeste, es habitual que traiga los regalos la noche entre el 5 y el 6 de diciembre.
En los dos recuadros inferiores derecho e izquierdo, de iguales dimensiones, vemos dos representaciones iconográficas de "San Jorge" en el acto de matar al dragón (la iconografía más conocida y posterior al siglo X-XI) con la clásica lanza desenvainada que atraviesa al monstruo (recuadro de izquierda) y de matar a un hombre (recuadro de derecha) según la iconografía vigente en cambio hasta el siglo XI (mucho menos conocida que la tradicional). Respecto a las historias sobre San Jorge, hasta ese momento, no había de hecho ninguna referencia al asesinato de un dragón: el santo era venerado simplemente como soldado-mártir que había convertido a los pueblos infieles. Por esto, al menos hasta entonces, la imagen tradicional que lo representaba era de un caballero que intentaba atravesar a un hombre, símbolo del "perseguidor pagano y de la herejía".
No es casualidad que las dos figuras de San Jorge sean ambas convergentes hacia el recuadro más grande central, para proteger su significado más sobresaliente: es decir, la reunificación de las dos iglesias, la Oriental y la Occidental (representadas aquí por el "Bautismo de Cristo").
El recuadro central, colocado debajo de la imagen Mariana, representa precisamente el "Bautismo de Cristo". San Juan Bautista, a la izquierda, es captado en el acto de asperjar agua sobre la cabeza de Jesús, sumergido casi hasta la cintura en el agua del río Jordán. A la derecha se observan tres Ángeles agrupados juntos, de los cuales el central es intuible solo por la presencia del halo, mientras que el más cercano a Jesús, con las alas, está representado en el acto de ofrecer a Cristo un paño para secarlo. Este personaje es el Ángel Custodio que, según la tradición cristiana, empieza a acompañarnos justo después del Bautismo. Justo encima de la cabeza de Cristo notamos una media luna de color rojo vivo con tres rayos de luz inferiores en forma de "V" (para simbolizar la Santísima Trinidad). El artista nos cuenta de este modo que es el Espíritu Santo quien revolotea sobre toda la escena, con su "calor solar" que se hace "Luz de Dios que ilumina el mundo".
Notas al Ensayo Crítico
La "Virgen Odigitria", más correctamente Odegetria (del griego antiguo ὸδηγήτρια, es decir, "aquella que instruye", que "muestra la dirección"), también conocida como Virgen Odigitria, Theotokos Odigitria, Panag[h]ía Odigitria y Virgen de la Itria, es un tipo de iconografía cristiana difundida en particular en el arte bizantino, veneciano-cretense y ruso del período medieval y tardo-medieval. La iconografía está constituida por la Virgen con en brazos al Niño Jesús sentado en acto bendiciente que sostiene en la mano un pergamino enrollado o un libro y que la Virgen indica con la mano derecha (de aquí el origen del epíteto). Historia iconográfica: este tema figurativo tiene su origen en el icono homónimo que representó, a partir del siglo V, uno de los mayores objetos de culto en Constantinopla. Según la hagiografía, de hecho, esta reliquia habría sido uno de los iconos marianos pintados por el evangelista Lucas que Elia Eudocia (Aelia Eudocia, circa 401-460), esposa del emperador Teodosio II, habría reencontrado en Tierra Santa y trasladado a Bizancio. El icono era conservado en la basílica homónima que fue edificada para la ocasión a orillas del mar, en posición descentrada respecto al complejo constituido por el palacio imperial, el circo y las dos iglesias de Santa Sofía y Santa Irene. El icono original, que era llevado en solemnes procesiones y durante los triunfos, se perdió cuando Constantinopla cayó en manos de los otomanos en 1453. Algunos relatos - históricamente de dudosa fiabilidad - refieren que el icono se habría roto, mientras era llevado en procesión, el 28 de mayo de 1453, exactamente el día antes de la caída de la ciudad que sufría el asedio final del ejército de Mohamed II. El culto de este icono fue particularmente popular: a ella están dedicadas iglesias y lugares de culto, sobre todo en Grecia y en el sur de Italia.
El Bautismo de Jesús en el Cristianismo se refiere al Bautismo recibido por Jesús de parte de Juan el Bautista, así como narrado en el Evangelio según Marcos (1,9-11), en el Evangelio según Mateo (3,13-17) y en el Evangelio según Lucas (3,21-22). El evento es recordado como el primero de los "Misterios de la Luz" de los que está compuesto el Santo Rosario. La fiesta del bautismo de Jesús viene celebrada por la Iglesia católica y por la Iglesia anglicana en el domingo que cae del 7 al 13 de enero.
Relatos evangélicos
El Bautismo de Jesús por parte de Juan el Bautista es narrado en los evangelios sinópticos, mientras que el Evangelio según Juan presenta el testimonio por parte de Juan el Bautista del descenso del Espíritu Santo sobre Jesús pero no habla de su bautismo. El episodio se sitúa en el ámbito de la actividad de Juan el Bautista, que bautiza al pueblo en las aguas del Jordán.
En el Evangelio según Marcos Jesús se dirige desde Nazaret (en Galilea) a las orillas del Jordán, donde es bautizado por Juan el Bautista. Saliendo del agua, ve los cielos abrirse y el Espíritu descender sobre él como una paloma, mientras se oye una "Voz del Cielo" que dice «Tú eres el Hijo mío predilecto, en ti me he complacido». También en el Evangelio según Mateo Jesús va desde Galilea a las orillas del Jordán para hacerse bautizar por Juan; en este evangelio, sin embargo, se narra también de cómo Juan el Bautista busca impedirselo diciéndole «Yo tengo necesidad de ser bautizado por ti y tú vienes a mí?», pero Jesús lo convence respondiéndole «Deja hacer por ahora, porque conviene que así cumplamos toda justicia». Como en Marcos, también en Mateo Jesús, saliendo de las aguas, ve el cielo abrirse y descender el Espíritu de Dios bajo forma de paloma, mientras una voz del cielo afirma «Este es el Hijo mío predilecto, en el cual me he complacido». En el Evangelio según Lucas "todo el pueblo" es bautizado y también Jesús se hace bautizar; mientras está recogido en oración, el cielo se abre y desciende sobre él el Espíritu Santo bajo forma de paloma, mientras se oye una voz celeste que dice «Tú eres mi hijo predilecto, en ti me he complacido». En el Evangelio según Juan no se habla, en cambio, de Bautismo, sino solo de descenso del Espíritu bajo forma de paloma o de "luz divina" (vd. la tabla en examen). Juan el Bautista rinde de hecho testimonio diciendo que aquel que lo había mandado a bautizar con agua lo había avisado que aquel sobre el cual habría visto descender el Espíritu para permanecer allí habría sido aquel que habría bautizado en el Espíritu Santo (en vez de en agua como Juan), y que había visto el Espíritu descender del cielo bajo forma de paloma sobre Jesús y de haberlo reconocido como hijo de Dios.
Interpretación
Hay algunas diferencias importantes entre los tres relatos de los Evangelios que indican una diversa cristología. Por una parte, el Bautismo de Jesús debe necesariamente tener un significado y un propósito bien diferentes del bautismo de Juan que era un bautismo para la remisión de los pecados. De hecho, Jesús era sin pecado y por lo tanto no podía someterse a un acto que fuese símbolo de arrepentimiento. A Juan, que no quería bautizarlo, Jesús dijo: "Deja hacer, esta vez, porque conviene que de este modo cumplamos todo aquello que es justo". Mt 3,15. Por otra parte, el Bautismo de Jesús es diferente del actual sacramento cristiano. Este último tiene sobre todo el significado de hacer al bautizado hijo de Dios y miembro de la Iglesia. E incluso de purificarlo del pecado original. Del Bautismo de Jesucristo hablan todos los cuatro evangelios canónicos. He aquí cómo lo presenta el Evangelio de Mateo (3,13-17):
"En aquel tiempo Jesús desde Galilea fue al Jordán a Juan para hacerse bautizar por él. Apenas bautizado, Jesús salió del agua: y he aquí, se abrieron los cielos y él vio al Espíritu Santo descender como una paloma y venir sobre él. Y he aquí una voz del cielo que dijo: Este es el Hijo mío predilecto, en el cual me he complacido".
El Bautismo de Jesús manifiesta su naturaleza divina: en el mundo ha aparecido el Hijo de Dios encarnado en la forma humana. Esta es la Epifanía.
Dios aparece al mismo tiempo bajo tres hipóstasis: Dios-Hijo - Jesús, Dios-Espíritu Santo - ha descendido sobre Jesús en forma de paloma, Dios-Padre - se ha manifestado a través de su voz. He aquí la Epifanía de la Santísima Trinidad (Trinidad "novotestamentaria"). Aquí representada por los rayos "cósmicos" en forma de "V". Recibido el Bautismo, Jesús fue al desierto y allí ayunó por cuarenta días. Y el demonio por tres veces lo tentó. Pero Jesús venció las tentaciones y, vuelto a Galilea,
Medidas Al. x An. x P cm. 60 x cm. 44 x cm. 2,4