Tapiz de lana del siglo XVI, Flandes Bruselas
Medidas: cm Alto 310 x Ancho 405 aproximadamente
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objeto acompañado de certificado de autenticidad
El hermoso y valioso tapiz, de fina factura y realizado con hilados de lana, fue realizado en el siglo XVI en Flandes. Presenta estilísticamente similitudes con las obras producidas por la manufactura de Bruselas en las que se pueden encontrar equilibrios cromáticos y bordes con flores y frutas comparables. Dentro de un rico borde con flores y frutas, intercalado con amorcillos y águilas, se describe una escena extraída de la mitología antigua.
El tapiz, una forma de arte textil, tiene una larguísima tradición y es precisamente en Flandes donde alcanza la cúspide de su evolución y calidad artística entre los siglos XIII y XV. Los tapices flamencos son obras de arte prestigiosas, obras maestras de elegancia, encargadas por nobles clientes para sus palacios. Desde principios del siglo XV, el centro de producción más importante es Arras (de donde deriva el nombre italiano: arazzo). Ya en la segunda mitad del siglo XV surgen otras importantes manufacturas en Brujas, Oudenaarde, Amberes y Bruselas.
Desde la segunda mitad del siglo XV hasta el siglo XVII, Bruselas fue la capital de la tapicería europea.
El éxito del tapiz decorativo se explica en parte por su fácil transportabilidad: reyes y nobles podían enrollarlos y transportarlos de una residencia a otra y se colgaban en las paredes de los castillos para aislamiento durante el invierno, así como para exposición decorativa.
La iconografía de la mayoría de los tapices se remonta a fuentes escritas como la Biblia y las Metamorfosis de Ovidio; las imágenes religiosas y mitológicas son, por tanto, el tema de muchos tapices producidos en este periodo.