Siglo XVI
Centurión romano
Alabastro, cm alt. 30
La escultura representa a un soldado romano esperando la captura de Cristo en el huerto de los Olivos. Los centuriones eran los suboficiales de más alto rango del ejército de infantería legionaria romano. Eran militares de carrera, es decir, comenzaban como soldados rasos y ascendían de rango por antigüedad y por mérito, escalando la estructura de la legión. Una legión estaba formada por 10 cohortes, numeradas de la I a la X, y cada cohorte se dividía en seis centurias de 80 soldados cada una. La promoción del centurión culminaba con el acceso al mando de una centuria de la I cohorte, la más importante de todas. A la cabeza de todos los centuriones de una legión estaba el llamado primus pilus, o la "primera lanza". Era el primer centurión de la I cohorte, y sus compañeros formaban el rango de los primeros ordines, es decir, el de los centuriones de mayor grado en la legión. Cuando se retiraba, el primus pilus recibía una recompensa y el título de primipilare, al igual que un cónsul se convertía en un consularis al finalizar su mandato. Los primipilares eran tenidos en particular consideración y podían obtener cargos como, por ejemplo, el de prefecto del campamento o de tribuno de las cohortes de Roma. En la época imperial también se podía llegar a ser centurión después de haber sido pretorianos, es decir, miembros de la guardia personal de los soberanos, o gracias a una designación directa por parte del emperador mismo, como ocurría en el caso de algunos miembros del orden ecuestre (el grupo social inmediatamente inferior al de los senadores). El centurión es, por lo tanto, una figura decisiva en la organización militar romana. Forma parte de los consejos de guerra donde da al general su opinión sobre las tácticas, en base a sus propias experiencias bélicas. En la batalla está en primera fila, para conducir con su propio ejemplo y su propio coraje. En tiempos de paz, se ocupa de la disciplina y del entrenamiento de los soldados. En otras ocasiones, fuera del campamento, se le encomiendan misiones especiales.
Los centuriones son soldados audaces, los mejores, los que se lanzan a escalar las murallas para conquistar una fortificación o una ciudad. Son aquellos que ejecutan acciones arriesgadas, que requieren experiencia, seguridad y un coraje extremo. En otras ocasiones el centurión, con un número reducido de hombres, actúa como un comando, en misión de reconocimiento e intervención.
El episodio bíblico narra que mientras Jesús hablaba con sus discípulos entró en el jardín Judas Iscariote, seguido por una multitud con espadas y palos enviada por los sumos sacerdotes. Judas había dado orden a las guardias de su séquito que arrestaran a Jesús. Él pregunta a sus agresores a quién buscaban y, sabido que querían arrestarlo, declara que estaba listo para ser apresado. Tan pronto como concluyó esa frase, los soldados retrocedieron y cayeron al suelo.
Los soldados y las guardias ataron pues a Jesús y lo condujeron hacia la casa del sumo sacerdote Caifás, donde ya se había reunido el Sanedrín. Los apóstoles huyeron entonces del huerto de los Olivos y sólo Pedro y Juan siguieron a Jesús durante las primeras fases del proceso.
La escultura en mármol resulta finamente tallada por mano experta en la representación de los detalles, como la armadura del soldado, pero también la copa del olivo sobre la que está apoyado, así como en la corteza robusta del árbol.
El objeto está en buen estado de conservación