Siglo XVIII, Maternidad

Siglo XVIII Maternidad Marfil, mármol negro de Bélgica y mármol amarillo de Siena, 35,5 x 23 cm La presente placa aísla una sugerente imagen de maternidad, totémica en su prestancia, imaginativa en la atractiva vaguedad de la elección de los materiales. De hecho, existe una participación subyacente entre el simbolismo de la figura y la preciosidad plástico-escultórica que define sus detalles. Los mármoles aquí utilizados, junto con el marfil que estructura la parte principal de la escultura, denuncian el particular fervor con el que, ya al principio del siglo anterior, gabinetes y estudios de eruditos coleccionistas habían empezado a abarrotarse en una extenuante carrera por la obtención de la pieza más prestigiosa. En el presente caso, el marfil permite una restitución anatómica de prepotente fuerza, en la que la habilidad en el tallado resulta fundamental para definir con brillante plasticismo el altorrelieve de madre e hijo. El mármol negro de Bélgica, material raro y de la inigualable gradación de sombría oscuridad, se extrae únicamente de canteras situadas a lo largo de la frontera francesa; subdividido en subcategorías, en el presente es reconocible el tipo grande antiguo del Norte. El mármol amarillo de Siena, en cambio, gracias a la constante veta dorado-rojiza que tapiza su fondo ocre, se califica como pieza muy prestigiosa dentro del suelo italiano. El sagaz uso de esta pareja marmórea encierra cromáticamente el marfil central, exaltándolo formalmente en un crescendo de contraste y luminosidad. La iconografía de la maternidad encierra antropológicamente una reflexión pánica sobre el Todo: si con la edad cristiana, en el arte occidental, esta ha coincidido preferentemente con la pareja Virgen-Niño, la presente recalca la gravedad clásico-paganizante preexistente a la solución cristiana, llevando a término la gestación de las Venus prehistóricas. Se homenajea aquí el ancestral vínculo entre madre e hijo, principio generativo del orden mismo del mundo, en un atemporal tañido de la renovación de la vida. El objeto está en buen estado de conservación