Manufactura de Limoges, siglo XVIII
Diana con las ninfas
Placa de esmalte, 6,5 x 14,5 cm
La preciosa placa de esmalte policromado pertenece a la producción manufacturera de la ciudad de Limoges y puede situarse en el siglo XVIII. La larga historia artesanal y artística de la ciudad en el ámbito de las artes decorativas se remonta a la Edad Media, con los bellísimos objetos de esmalte vítreo realizados mediante la técnica denominada champlevé, hasta llegar al Art Nouveau y, por tanto, a los albores del siglo XX. El éxito, tanto en las cortes medievales y renacentistas primero como entre la alta burguesía del siglo XIX, pasando por la nobleza europea de los siglos XVII y XVIII, demuestra el extremo aprecio por los talleres de la ciudad, capaces de innovar sus técnicas de elaboración y sus materiales. Desde el esmalte hasta los metales preciosos, desde las piedras duras hasta la porcelana, los maestros limosinos han mantenido constantemente un alto nivel de calidad, que se refleja en la exportación de sus obras a países de toda Europa y a las clientelas más dispares. Esta placa forma parte, por tanto, de una historia secular, hecha de artesanos y talleres transmitidos de padres a hijos durante generaciones, sin perder nunca su valor en la elaboración y siguiendo el gusto de cada época. En este caso, el tema representa a la diosa Diana, reconocible por la media luna en la frente y las armas de caza dispersas en la composición, junto con las ninfas que le son fieles mientras descansa a orillas de un arroyo. El paisaje bucólico encaja a la perfección con la figura de la diosa de la caza, inmersa en un bosque que se abre en una vasta explanada interrumpida por unas colinas bajas al fondo. El color negro del fondo sugiere un ambiente nocturno, también típico de Diana como divinidad asociada al astro lunar; los colores más claros de las capas más superficiales de esmalte recuerdan la superficie blanquecina y luminosa de la luna, que parece iluminar el agua del arroyo, las vestiduras de la diosa y las ninfas, y los detalles de los troncos y las hojas de los árboles. El contraste entre los tonos oscuros y la luz diáfana y fría resulta refinado y elegante, hasta el punto de que el esmalte es comparable a la preciosidad material de una gema o de una joya. Para completar la gama cromática, hay algunos detalles en color oro, como las flechas, las diademas y los arcos de las ninfas y de Diana.
El objeto está en buen estado de conservación.