Siglo XIX
Muchacha con gatito
Alabastro, cm 46 x 18 x 20
Firmado G.A y fechado en 1867
La escultura representa a una joven sentada en una silla. La joven está absorta en tejer, con las manos sosteniendo un ovillo y agujas. Su cabello está recogido en un moño suave, con algunos rizos que le enmarcan el rostro. Viste un vestido sencillo, con mangas cortas y pliegues voluptuosos, que deja al descubierto los tobillos y los pies descalzos. La sencillez del vestido que lleva la niña, así como la forma de la silla de madera sobre la que se sienta, sugieren que la escena se desarrolla en un ambiente humilde y doméstico. Un gatito juguetea con su ovillo y ella le dirige una mirada benevolente y amorosa.
El alabastro fue un material muy popular en la escultura del siglo XIX, apreciado por su suavidad, su translucidencia y su capacidad para representar con delicadeza los detalles. El hecho de que la piedra, extraída principalmente en la zona de la Toscana, la ciudad de Volterra era particularmente conocida por la elaboración de este precioso material, fuera relativamente fácil de trabajar, permite que los detalles más minuciosos puedan representarse a la perfección. El alabastro se utilizaba a menudo para esculturas de pequeño y mediano tamaño, que representaban figuras femeninas, niños, sujetos mitológicos y alegóricos: su delicadeza se adaptaba perfectamente a la estética de estos sujetos, de los que debían emerger la gracia, la sensibilidad y la idealización de la belleza.