"Las bodas de Baco y Ariadna"
Maestro Veneto Del Siglo XVII
Óleo sobre tela
Tela cm. 78.0 x 95
Marco cm. 90 x 110
Excelente estado
Este espléndido cuadro al óleo sobre tela representa la festiva escena de la unión entre los dos protagonistas del célebre mito con final feliz de Baco y Ariadna.
La obra se presenta con un clima alegre y festivo donde es evidente el mensaje de la alegría de vivir.
El cromatismo cálido y luminoso aumenta el atractivo de la composición. Los toques de luz sobre los personajes que animan la escena son de gran eficacia para crear un excelente efecto volumétrico.
El Autor es un válido intérprete de la pintura veneciana de finales del siglo XVII.
La tela está en excelentes condiciones y está insertada en un hermoso marco antiguo, esculpido y dorado.
El mito de Baco y Ariadna
Entre los más interesantes protagonistas de la mitología, las figuras de Ariadna y Baco emergen como símbolos de pasión, renacimiento, embriaguez y transgresión.
De este mito poetas y pintores han sacado la inspiración para sus obras.
Ariadna, hija de Minos, el mítico rey de Creta y hermanastra del Minotauro, se enamoró a primera vista del bellísimo Teseo. Él le prometió casarse con ella a cambio de su ayuda.
Cuando el héroe entró en el laberinto para enfrentarse al monstruoso Minotauro, Ariadna le reveló el modo de salir y le dio el ovillo de hilo para desenrollar y encontrar el camino de regreso.
Después de haber matado al Minotauro y haber salido del laberinto, gracias al célebre hilo de Ariadna, los dos se dirigieron hacia Atenas para contraer matrimonio.
Pero la promesa de Teseo tenía solamente el propósito de hacerse ayudar y, llegados a la isla de Naxos, Teseo huyó en una nave y abandonó a Ariadna tendida y dormida en la orilla del mar.
Al despertarse, la muchacha comenzó a desesperarse. Poco después, atraído por sus lamentos, llegó a la isla de Naxos el Dios griego Dioniso, Baco para los Romanos. Dioniso la animó a contarle sus penas.
Cuando Ariadna terminó de contar su historia, Dioniso, impresionado por su belleza, le reveló que era un Dios, le puso sobre el cabello una corona de gemas brillantes y le preguntó si quería ser su esposa.
La muchacha aceptó el regalo de bodas y he aquí aparecer de repente un carro de oro tirado por leopardos. Dioniso y Ariadna subieron a él y el carro comenzó su ascenso hacia el cielo para llevarlos al Monte Olimpo, mientras que el diadema de gemas era transformado por el dios Hefesto en la constelación de la Corona Boreal.
La historia de Ariadna y Baco no es solo un cuento de mitología, sino un verdadero y propio viaje a través de emociones y significados profundos. Estos dos personajes se vuelven emblemáticos, demostrando cómo el amor puede superar una gran decepción y abrir a nuevas experiencias vivas y gratificantes.
Después de haber sido abandonada por Teseo, Ariadna encontró en el dios del vino Baco, un compañero especial. Juntos, exploraron la embriaguez de la vida y la alegría que el vino puede traer, llenando sus existencias de significado y de alegría. Su unión demuestra que, incluso en la oscuridad, siempre puede haber una luz que nos guíe hacia la renovación.
Baco, como dios del vino, no es solamente el portador de fiesta, sino también de renacimiento y transformación y su presencia representa un modo para superar las adversidades transformándolas en alegría y festividad.
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