Nazzareno Cipriani (Roma, 1843 – 1925)
En góndola
Acuarela sobre papel, cm 102,7 x 66,5
Firmado abajo a la izquierda: N. Cipriani
Descendiente de una familia veneciana que se estableció en el primer cuarto del siglo XIX cerca de la Ciudad Eterna, Nazzareno Cipriani estudió en Roma y trabajó en el estudio laziale del pintor napolitano Achille Vertunni, junto a Pietro Barucci y Pio Joris, figuras que influyeron notablemente en el elaborado proceso de consolidación de su rico imaginario visual: en los años 60, período en el que se desarrolló su formación, se dedicó principalmente a pinturas de carácter histórico o religioso, en línea con las consolidadas tendencias románticas del siglo XIX. Alcanzada la madurez artística, Cipriani prefirió la representación de paisajes, tanto de su tierra de origen, el Véneto, como de su patria de adopción, el Lacio. Sus vistas venecianas son generalmente captadas en el gris claro de una expectativa de lluvia: góndolas a contraluz – elementos oscuros y solitarios – connotan exactamente el lugar, dando vida a una atmósfera atemporal y suspendida, de rasgos casi místicos y espirituales. En sus aclamados paisajes romanos, en cambio, las escenas aparecen pobladas por personajes vernáculos con trajes típicos e iluminadas por una luz chillona, que infunde serenidad. A partir de los años setenta del siglo XIX – período en el que el pintor frecuentó de manera continuada exposiciones nacionales e internacionales, entre las que recordamos la Mostra romana degli amatori e cultori y la Exposición de las Bellas Artes de Viena, a menudo estando afiliado a los miembros del grupo In arte libertas de Costa y Santorio – Cipriani, fascinado por las espléndidas pinturas de Fortuny, se apasionó por la técnica de la acuarela, de la que se convirtió en un excelente maestro; en 1875 fue uno de los diez fundadores de la Associazione degli Acquarellisti romani, con los cuales participó en muestras hasta 1913. Sus espléndidas obras a la acuarela fueron presentadas en la Exposición nacional de Roma en 1883 (La despedida de la novia), en la Royal Academy de Londres y en la romana accademia de San Luca.
El presente cuadro de Cipriani representa una escena veneciana, con una góndola que surca las calmas aguas de la laguna al atardecer. Un gondolero empuja la embarcación, dentro de cuyo casco dos enamorados se intercambian confidencias, sobre las plácidas aguas de reflejos cambiantes de la laguna de Venecia: la utilización de la técnica de la acuarela permite representar a la perfección los juegos de luz del espejo de agua, haciendo única esta maravillosa vista veneciana.