Círculo de Natale Schiavoni (Chioggia, 1777 – Venecia, 1858)
La carta
Óleo sobre cobre, 48 x 38 cm
Con marco, 67,5 x 59 cm
Natale Schiavoni (Chioggia, 25 de abril de 1777 – Venecia, 16 de abril de 1858) fue un pintor y grabador italiano, conocido sobre todo por sus retratos y las escenas de género caracterizadas por una delicada sensualidad y una elegante ejecución. Nacido en una familia de artistas – su padre Felice era pintor –, Schiavoni se formó inicialmente en el taller paterno. Su precoz inclinación artística lo llevó pronto a Venecia, donde tuvo la oportunidad de estudiar y de entrar en contacto con el ambiente artístico de la ciudad lagunar. Su carrera se desarrolló a través de diversas fases e influencias. Inicialmente ligado a la tradición pictórica veneciana del siglo XVIII, con una particular atención al color y a la luz, Schiavoni supo evolucionar su estilo, incorporando elementos del neoclasicismo y del romanticismo. Se hizo particularmente apreciado por sus retratos, en los cuales conseguía captar con sensibilidad la personalidad y la elegancia de los sujetos, a menudo miembros de la alta sociedad de su tiempo. Sus figuras femeninas se caracterizan por una belleza idealizada y por un aura de refinada melancolía. Además de los retratos, Schiavoni se dedicó también a la pintura de género, realizando escenas íntimas y graciosas, a menudo con figuras femeninas en poses lánguidas o en contextos cotidianos idealizados. Su habilidad en el dibujo y su atención a los detalles contribuían a hacer estas obras particularmente agradables y buscadas. Schiavoni en su carrera viajó a menudo, permaneciendo en Trieste y en Milán, donde trabajó como retratista y conoció importantes personalidades del mundo cultural y aristocrático. Estos viajes ampliaron sus horizontes artísticos e influenciaron su producción. De vuelta en Venecia, continuó su actividad pictórica con éxito hasta su muerte en 1858. Su obra permanece como testimonio de un período de transición en el panorama artístico italiano, en el que la tradición veneciana se abría a nuevas sensibilidades e influencias.
En este cuadro, realizado por un miembro de su círculo, se retoma el ideal de belleza femenina promovido por Schiavoni a lo largo de toda su producción. De la actividad del artista originario de Chioggia se retoma también la iconografía de la muchacha que lee la carta, con posibles implicaciones del Risorgimento. Del estilo de Schiavoni, el autor de este cuadro retoma la suavidad de la pincelada, la luminosidad de los rostros, el sentido de intimidad y melancolía de la escena, la elegancia y la atención en la representación de los vestidos y de los accesorios, y la atmósfera tenue, que confiere al cuadro un aura casi onírica y soñadora.