Taller de Bartholomeus Breenbergh (Deventer, 1598 - Ámsterdam, 1657)
Sagrada Familia con San Juanito
Óleo sobre mármol africano, 30 x 24 cm
Con marco, 45 x 38 cm
La fuerte impronta emocional de gusto arcádico y de inspiración romana revela un conocimiento, por parte del artista, de la pintura paisajística mediterránea, un género popularizado en los Países Bajos por figuras como Bartholomeus Breenbergh, Nicolaes Berchem y Jan Both. Confirma esta afirmación también la límpida atmósfera y la serena composición del paisaje, junto con la delicada armonía de los colores y la luminosidad general. El éxito de estos temas iconográficos fue alimentado también por la obra de Philips Wouwerman y de los pintores bambochantes, muy apreciados por los coleccionistas de la época. Por último, no hay que descuidar la vasta circulación de dibujos y grabados que influyeron profundamente en el arte flamenco y holandés hasta la edad moderna.
Evidenciando la exquisitez de la pintura y la naturaleza del soporte empleado, se puede atribuir la realización de esta Sagrada Familia directamente al taller de Bartholomeus Breenbergh, testimoniando un comitente de prestigio. Nacido en Deventer de una rica familia protestante, su formación artística inicial es incierta, pero se presume que tuvo lugar en Ámsterdam con los Pre-Rembrandtistas, quizás Jacob Pynas.
Entre 1619 y 1629 vivió en Roma, colaborando y copiando las obras de Paul Brill, influenciado por el paisajista Cornelis van Poelenburgh. Juntos estudiaron la campiña romana con una nueva atención a la luz meridional y a las ruinas antiguas, prefiriendo efectos de claroscuro. Breenbergh y Poelenburch fueron los principales exponentes de la primera generación de los "Dutch Italianates". En Roma fue miembro de la Schildersbent con el sobrenombre de "Het Fret" (El hurón). Tras la marcha de Poelenburgh en 1625, el estilo de Breenbergh evolucionó hacia angulaciones extremas y contrastes más marcados. La mayoría de sus dibujos datan del período romano, mientras que pinturas y grabados fueron realizados tras el regreso a los Países Bajos. Hacia el final de su carrera se dedicó a la pintura de figura y colaboró con Keirinckx y Potter.
La Sagrada Familia está retratada con intimidad en un contexto que sugiere un paisaje clásico con ruinas antiguas al fondo, un elemento no raro en las obras influenciadas por la escuela italiana. Se nota un cuidado por el detalle, especialmente en los paños y en la expresión serena de los personajes. La composición es equilibrada, con las figuras principales dispuestas de manera armoniosa dentro del espacio pictórico. El análisis estilístico revela fuertes paralelismos con diversas obras presentes en colecciones museísticas. La fisonomía de San José, por ejemplo, encuentra un eco significativo en la figura del anciano señor retratado en el Sacrificio de Elías del Statens Museum for Kunst de Copenhague. Del mismo modo, el tratamiento del paisaje y de las frondas arbóreas se asemeja al observable en las obras de las Bavarian State Painting Collections y del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Por último, el estudio de los paños y de las figuras conduce a una comparación esclarecedora con la tabla que representa El castigo de Calisto en el Musée de Grenoble.
En síntesis, la imagen sugiere una representación delicada y sentida de la Sagrada Familia, y la atribución a un contexto artístico como el taller de Breenbergh, unida al insólito soporte en mármol africano, acrecientan notablemente su valor artístico e histórico.