El gran cuadro, enmarcado en un marco dorado, representa una escena rural con elementos tradicionales del trabajo agrícola.
En el centro de la imagen, dos bueyes están uncidos y parecen estar tirando, con una figura femenina dedicada a recoger un gran montón de heno o paja.
Otro hombre es visible a la derecha, llevando una carga de heno sobre su espalda y caminando por un sendero cubierto de hierba.
La escena está ambientada en un campo abierto, probablemente durante la temporada de cosecha, como sugiere la abundante presencia de heno. El fondo muestra un paisaje campestre con árboles y lo que podría ser una construcción a lo lejos a la derecha.
Los colores predominantes son tonos cálidos de amarillo, marrón y ocre para el heno y la tierra, con un cielo azul claro que ocupa la parte superior del cuadro.
Las pinceladas parecen ser descriptivas, tratando de capturar la textura del heno y la robustez de los animales.
La luz en el cuadro es difusa, sugiriendo un día diurno, tal vez al final de la tarde o por la mañana.
En resumen, se trata de una obra que retrata un momento de vida campesina, centrándose en la relación entre el hombre, los animales de trabajo y la tierra, con una composición que evidencia la fatiga y la colaboración en el contexto agrícola.
La obra está firmada por el artista Antonino Traverso, conocido por sus temáticas rurales.
Las dimensiones son las siguientes:
155 cm x 116 cm incluyendo el marco coetáneo
138 x 98 cm el lienzo.
Antonino Traverso, nacido en 1900, se formó artísticamente en Génova, en la Academia Ligústica de Bellas Artes (1915-1918), en Carrara donde frecuentó el curso de escultura en la Academia local.
En 1927 gana el concurso para la pensión artística de Brignole-Sale Duquesa de Galliera.
Su debut, como pintor, tiene lugar en la exposición celebrada en la Sociedad de Bellas Artes de Génova en 1918 (Palacio Bianco); como fresquista, en Imperia en 1926, coro de la iglesia de Coldiroli.
Sobre su trayectoria expositiva recordamos la primera gran exposición en Génova, Galería Vitelli, en 1927, a la que siguió una segunda edición en 1929, y una tercera en Milán en 1930, en la Galería Geri.
Siguen luego las exposiciones en la Galería San Giorgio de Génova en 1932-35-38; en el Palacio Ducal en 1945.
En 1939 es nombrado Académico de Mérito en la Academia Ligústica de Génova.
Artista de gran personalidad afrontó con igual pericia la pintura de caballete, el fresco, el aguafuerte.
Antonino Traverso fue también un conocido ilustrador y ceramista; en 1947 cuidó la escenografía para la película "Ladri di biciclette", dirigida por Vittorio De Sica.
Dos años después se traslada a Venezuela, donde permanece hasta 1955, dedicándose en particular a la retratística y a la decoración de villas y edificios públicos, además de a la preparación de material publicitario para importantes empresas.
Pinta también sujetos comprometidos en actividades campesinas y en emigraciones de hombres y animales.
Sus sujetos preferidos siguen siendo, de todos modos, los característicos personajes de la vieja Génova y los rincones típicos de Liguria: realizará obras que testimonian los profundos, radicales cambios ocurridos a lo largo de los años.
Al regresar de Sudamérica retoma con intensidad su participación en las Exposiciones ciudadanas.
Recordamos aquellas en el Círculo de la Prensa de Génova en 1960-62; en la Galería De Pasquali en 1967; en la Galería Liguria en 1972.
Antonino Traverso obtuvo numerosos premios y reconocimientos por su arte, a partir de la adquisición de un su cuadro I ceri di Gubbio en 1924, por parte del Rey de Italia.
Sus obras se encuentran en el Ayuntamiento de Génova, las Galerías públicas de Perugia y Terni, en Caracas en la Biblioteca Nacional (22 telas, referidas al ciclo Don Quijote); en Celle Ligure, Parroquial (frescos del ábside).
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