Escuela emiliana, siglo XVII
San Francisco
Óleo sobre lienzo, 73 x 59 cm
Con marco, 83 x 69 cm
Patrono de Italia, San Francisco (Giovanni di Pietro di Bernardone; Asís, 1181/1182 - 1226) es el santo por excelencia en el imaginario colectivo occidental. La doctrina elaborada sobre sus enseñanzas por el numeroso grupo de fieles que, devotos, lo siguieron en las peregrinaciones y en los actos de caridad hacia los más débiles, consintió el desarrollo de una forma revolucionaria de ascetismo, más sentida y humana. La renuncia a cualquier bien material en la convicción de una vida plena y perfecta si totalmente dedicada a Dios, hizo del franciscanismo la expresión del mejor y fraterno espíritu pauperístico entonces deseable.
En el presente cuadro se figura al Santo en actitud extática, mientras alza los ojos al cielo absorto en una oración interior. El cráneo humano, tradicional símbolo de materialidad y temporalidad de la vida, manifiesta en este caso la total pobreza a la que estaba dedicado el santo. El libro que es posible ver debajo de su codo, se refiere doblemente tanto al Evangelio de Cristo, que el santo honró con su comportamiento, como a la generosa obra literaria transmitida por él, dentro de la cual es posible recordar el Cántico de las Criaturas. Los estigmas, en cambio, según la mística católica, le llegaron a él, primero entre los santos en recibirlos, gracias a la fuerte unión espiritual alcanzada con Jesús; recibir los signos de los sufrimientos era un hecho consecuente a la identificación con Él: como recuerda Dante (Divina Comedia, Paraíso, canto XI, vv. 106-108: «En la cruda peña entre Tíber y Arno, de Cristo tomó el último sello que sus miembros dos años portaron».
El cuadro presenta diversas afinidades estilísticas con la obra de Guido Reni, situándose en el fecundo contexto emiliano de pleno Seicento. Aunque no faltan comparaciones con los San Francisco variadamente adorando la Cruz o figurados en éxtasis, realizados por el taller de Annibale Carracci (The Walters Art Museum, Baltimore) o por Bartolomeo Passerotti (Bolonia, Pinacoteca Nazionale), es con un lienzo de homólogo sujeto pintado por Reni y custodiado hoy en el Museo del Louvre de París, con el que el cuadro examinado entrelaza convencidos formalismos. Concebidos como correspondientes, los dos cuadros muestran ambos el mismo, emocionado, aleteo en los ojos de San Francisco, dirigidos a Dios; el paisaje rocoso circundante, punzonado aquí y allá por ramas y plantas trepadoras en la piedra, calienta la soledad del santo. Guido Reni ejecutó una segunda versión del cuadro, modificando la posición de un brazo de Francisco y apareciendo toda la composición especularmente respecto a las presentes; esta versión, realizada para la iglesia de los Girolamini de Nápoles alrededor de 1622 ca., donde todavía hoy se conserva, fue colocada en la capilla Coppola, ya patrocinada a Sant'Alessio, sólo en 1675.